Caracterizado por cambios en el neurodesarrollo, el Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición cuya prevalencia ha aumentado progresivamente a lo largo de los años. Según el informe de 2021 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), agencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, cuyos datos también son utilizados por profesionales brasileños dada la falta de datos nacionales sobre la afección, cada 44 niños de hasta 8 años son diagnosticados con autismo. A pesar de presentar algunos signos característicos, los investigadores y profesionales de la salud aún buscan comprender en profundidad las causas de estos cambios y sus diferentes manifestaciones. Investigadores del Instituto Santos Dumont (ISD), de Macaíba, Rio Grande do Norte, dieron un paso para ayudar a comprender la manifestación del autismo a través del análisis de las células cerebrales.
Estudios realizados por la Universidad de California publicados en 2011 encontraron que la curva de crecimiento cerebral de las personas con autismo en las primeras etapas de la vida difiere de la de aquellos sin la condición, con una tendencia de que los niños con TEA tengan un cerebro más grande y un mayor número de Neuronas durante los primeros años de la infancia.
Del análisis de imágenes cerebrales de 22 niños, de los cuales 11 fueron diagnosticados con autismo y 11 no padecían la condición, facilitados por Instituto Allen de Ciencias del Cerebro, La neuroingeniera y psicóloga Lívia Nascimento buscó investigar cómo estos diferentes cerebros manifiestan características a nivel celular en un área específica, cuyas funciones están asociadas a actividades que pueden verse afectadas en personas con TEA, como la comunicación y las interacciones sociales, denominada predorsolateral. frontal.
Los análisis, publicados en formato de artículo en la revista científica. Revista de autismo y trastornos del desarrollo (“Journal on Autism and Developmental Disorders”, en traducción libre), reveló cambios importantes, que se suman a los descubrimientos recientes en la búsqueda de comprender mejor el cerebro de la persona autista. “Ya se está formando una idea en la literatura sobre el autismo, que habla de un mayor crecimiento cerebral durante la infancia, lo que también estaría acompañado de una mayor presencia de neuronas en estos individuos”, explica Lívia Nascimento.
Esta mayor presencia de neuronas, según el neuroingeniero, podría implicar una mayor dificultad para el cerebro a la hora de organizar estas células en determinadas zonas y funciones. “En nuestro estudio pudimos confirmar mucho de lo que ya se había presentado en la literatura, pero también descubrimos algo nuevo, que se refiere al posicionamiento de estas neuronas en la zona analizada”, añade.
El área investigada por los investigadores, la corteza prefrontal dorsolateral, presenta una organización particular de células, en forma de capas, hacia las que migran las neuronas durante el desarrollo. “Cuando las neuronas iban a migrar a estas capas, posiblemente lo hicieran de forma desorganizada, resultando regiones con más neuronas y otras con menos”, afirma.
Los descubrimientos pueden ayudar con el diagnóstico diferencial
El profesor investigador del ISD Felipe Porto Fiuza, supervisor de la investigación realizada por Lívia a lo largo de la Maestría en Neuroingeniería y que resultó en el artículo publicado en la revista internacional, explica que la investigación podría ayudar en la búsqueda de un denominador común en el TEA, cuyo diagnóstico aún presenta algunos desafíos.
“El diagnóstico del autismo es un cierto desafío, porque existen varios subtipos de autismo, es un espectro muy amplio, con una heterogeneidad de síntomas que se manifiestan en diferentes grados. Nos fijamos en el cerebro para intentar conseguir una medida más objetiva, a nivel fisiológico, de si hay algún tipo de impacto y si este es replicable entre diferentes individuos. Buscamos un denominador común para estos diferentes casos, que pueda apoyar mejor esta comprensión de qué es el autismo a nivel celular”, afirma.
Felipe Fiuza destaca que además de la mayor cantidad de neuronas, también encontraron la dificultad de estas células cerebrales para expresar ciertos genes, revelando cambios en su funcionamiento en relación a lo que se esperaría para este tipo de células. “Además, están organizadas de manera diferente, algunas capas tienen muchas más células que otras, lo que evidencia que el autismo está relacionado con una migración anormal de las neuronas y su diferente posicionamiento. El problema de tener demasiadas neuronas en estas capas es que compiten por los nutrientes y así dificultan el crecimiento de las demás durante el desarrollo”, añade.
Para el neuroingeniero, los estudios deben ser cada vez más profundos para que la población comprenda las diferentes manifestaciones del TEA. “Son estudios que se están sumando para que podamos entender mejor el TEA, sus características y por qué tenemos diferentes niveles y expresiones. Comprender estas explicaciones puede hacernos comprender mejor quién es nuestro paciente, nuestro hijo, nuestro prójimo… podemos entender de dónde viene y por qué tenemos estas diferentes manifestaciones clínicas”, dice Lívia Nascimento.
Texto: Mariana Ceci / Ascom – ISD
Foto: Divulgación
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Instituto Santos Dumont (ISD)
Es una Organización Social vinculada al Ministerio de Educación (MEC) y engloba al Instituto Internacional de Neurociencia Edmond y Lily Safra y al Centro de Educación e Investigación en Salud Anita Garibaldi, ambos en Macaíba. La misión del ISD es promover la educación para la vida, formando ciudadanos a través de acciones integradas de enseñanza, investigación y extensión, además de contribuir para una transformación más justa y humana de la realidad social brasileña.