Anita/preceptora del ISD elabora Manual para la atención de personas en situación de violencia sexual

Publicado en 23 de diciembre de 2020

La violencia sexual afecta a niños, niñas, adolescentes y adultos de diferentes edades, clases sociales, razas, etnias y orientaciones sexuales, constituyendo, según  Naciones Unidas (ONU) como una de las principales formas de violación de los derechos humanos, considerada un “crimen brutal”, que afecta el derecho a la vida, la salud y la integridad física de las personas que viven una situación de violencia.

Uno de los mayores desafíos para enfrentar esta violencia es la coordinación e integración de los servicios de atención a quienes sufren este tipo de vulneraciones, con el fin de evitar la revictimización de estas personas y ofrecerles una atención humanizada e integral, afirma la trabajadora social y preceptora multidisciplinaria. del Centro de Educación e Investigación en Salud Anita Garibaldi, del Instituto Santos Dumont (ISD), Alexandra Lima. El tema fue planteado por ella en la tesis de maestría profesional en Enseñanza de la Salud que defendió – y aprobó – este miércoles (23).

La violencia sexual, una cuestión de salud y seguridad públicas, es un tema desafiante en varios aspectos, desde brindar atención a las víctimas hasta proteger y prevenir nuevos casos, señala Alexandra. Utilizando la atención humanizada a las víctimas como forma de responder a la pregunta, desarrolló como disertación un Manual de Competencias Comunes para la práctica interprofesional en la atención a personas en situación de violencia. El objetivo es garantizar que las personas en situación de violencia sexual sean acogidas con urgencia, empatía y atención interprofesional. 

El material desarrollado por Alexandra Lima como producto de su disertación orienta a los profesionales que trabajan abordando las consecuencias que deja la violencia, especialmente la sexual. Para ella, es fundamental acoger a la víctima con habilidades que trascienden la formación esencialmente técnica. 

“Cuando una víctima de violencia sexual llega a un servicio de atención pasa, como mínimo, por un guardia de seguridad, recepcionista, enfermera, trabajadora social. Es necesario que todas estas personas comprendan que la atención a esta víctima es urgente y debe ser tratada con empatía, evitando que la persona reviva el trauma que ya vivió”, explica Alexandra. 

En el Manual de Competencias para la práctica interprofesional de atención a personas en situación de violencia sexual se enumeran 15 competencias que sugiere que sigan los profesionales que atienden a víctimas, divididas entre habilidad, conocimiento y actitud. 

El trabajo se desarrolló a través de la combinación de perspectivas presentadas por profesionales y estudiantes/residentes que trabajan directa e indirectamente en la atención u orientación de este público, sobre cómo debe ser la conducta de todos los agentes involucrados.

Trabajadora social y preceptora multidisciplinaria de Anita/ISD, Alexandra Lima es una de las profesionales a cargo del proyecto de atención a víctimas de violencia sexual Making Rights.

Las quejas de las víctimas

“Una de las principales quejas de las víctimas, algo que observamos incómodo, es el hecho de tener que contar varias veces la historia de abuso o violencia. Esto hace que la víctima recuerde lo sucedido, lo cual ya es muy traumático. Muchas veces esa persona ya ha estado visitando varios lugares en busca de asistencia, de una solución. Por eso, necesitamos dar un servicio más cualificado, directivo y resolutivo, donde, desde la recepción hasta la oficina, todos tengan los mismos conocimientos, las mismas habilidades y las mismas actitudes”, informa la trabajadora social y preceptora multiprofesional de Anita. /ISD. 

Según datos publicados por el Ministerio de Salud en mayo de este año, 86% de los registros de violaciones reportados por Línea Directa de Derechos Humanos a lo largo de 2019 en Brasil fueron violaciones contra niños o adolescentes. Además, en el 11% de las denuncias referidas a este colectivo hay violencia sexual. El porcentaje corresponde a 17 mil ocurrencias. 

La encuesta identificó que la violencia sexual ocurre, en el 73%¨de los casos, en el propio domicilio de la víctima o sospechoso y es cometida por el padre o padrastro en el 40% de los reportes. 

Según la encuesta Violencia Doméstica durante la Pandemia de Covid-19, del Foro Brasileño de Seguridad Pública, en el período acumulado entre marzo y mayo de 2020, hubo una reducción de 50,5% en los registros de violación y violación de personas vulnerables en Brasil con víctimas mujeres en comparación con el mismo período de 2019. Las mayores reducciones se registraron en los estados de Espírito Santo (79.8%), Ceará (64.1%) y Río de Janeiro (61.2%). 

Rio Grande do Norte va en contra de la tendencia de disminución de casos en todo el país. Los potiguares viven en un escenario de crecimiento en los casos de violencia sexual, hay 62.2% más casos de violación y violación a personas vulnerables en 2020, respecto al mismo periodo de 2019. El porcentaje corresponde a 31 ocurrencias más en 2020, para un total de 81 casos de marzo a mayo, frente a 50 en el mismo periodo de 2019. 

OJO EN EL CUIDADO 

En el manual de habilidades para la práctica interprofesional de atención a personas en situación de violencia sexual, de los 15 puntos enumerados, al menos tres se consideran esenciales, según Alexandra Lima: 

 

 

  1. Actuar con sentido de urgencia para responder a situaciones de violencia sexual; 
  2. Evitar conductas y derivaciones innecesarias que puedan conducir a la revictimización de la persona en situación de violencia sexual; 
  3. Conocer la red y flujo de derivaciones para la atención de personas en situación de violencia sexual.

La realidad en el servicio.

“La motivación de este trabajo surgió de la realidad que vemos en la atención a víctimas de violencia sexual. Es necesario alinear acciones e información a brindar y todo esto debe ser en un lenguaje sencillo y fácil de entender, para que los profesionales de todos los niveles de conocimiento comprendan y sepan cómo ayudar y acoger a este público”. , explica Alexandra Lima.  

El trabajo es resultado de un estudio observacional descriptivo, basado en la investigación acción, a través de un taller con 76 participantes y un cuestionario con 32 respuestas, donde se discutieron conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para brindar atención a personas en situación de violencia sexual.

A través de una infografía se representó el producto que contiene las competencias y sus conocimientos, habilidades y actitudes relacionadas. Hacer clic acceso a las molduras.

Entre los atributos considerados esenciales para el desarrollo de la mayoría de las competencias comunes establecidas, los resultados también señalan: “comprender la importancia del trabajo en equipo con profesionales de diversas áreas para la red asistencial”, “atender con agilidad y prontitud a las personas en situaciones de violencia sexual” y “estar disponibles para practicar el trabajo en equipo”.

La tesis de maestría fue presentada este miércoles (23) en una videoconferencia abierta a profesionales con diferentes niveles de conocimiento y formación que trabajan en contacto con víctimas de violencia sexual. 

Según la norma técnica Atención Humanizada a Personas en Situación de Violencia Sexual, elaborada en 2015 por el Ministerio de Salud, la atención a las personas en situación de violencia sexual no debe ser aislada y su enfrentamiento depende de iniciativas intersectoriales de atención, protección, prevención de nuevas situaciones y medidas que permitan que los autores de agresiones rindan cuentas. 

En el Centro de Educación e Investigación en Salud Anita Garibaldi, del Instituto Santos Dumont (ISD), funciona el proyecto Making Rights, que desde 2016 atiende a niños, adolescentes, mujeres cis y trans víctimas de violencia sexual. La trabajadora social y ahora maestra en Enseñanza de la Salud de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte es una de las preceptoras a cargo del proyecto. El servicio es exclusivo del Sistema Único de Salud (SUS) y promueve acciones de sensibilización sobre diferentes formas de violencia, educación en salud y empoderamiento en relación a los derechos sexuales y reproductivos.

Making Rights fue –junto con pediatría y obstetricia de alto riesgo– retenido personalmente por Anita/ISD, durante el período de aislamiento decretado como prevención del nuevo coronavirus. El servicio continúa funcionando y está disponible para ayudar a las víctimas.

Consultoría de comunicación
comunicacao@isd.org.br
(84) 99416-1880

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Uno de los mayores desafíos para enfrentar esta violencia es la coordinación e integración de los servicios de atención a quienes sufren este tipo de vulneraciones, con el fin de evitar la revictimización de estas personas y ofrecerles una atención humanizada e integral, afirma la trabajadora social y preceptora multidisciplinaria. del Centro de Educación e Investigación en Salud Anita Garibaldi, del Instituto Santos Dumont (ISD), Alexandra Lima. El tema fue planteado por ella en la tesis de maestría profesional en Enseñanza de la Salud que defendió – y aprobó – este miércoles (23).

La violencia sexual, una cuestión de salud y seguridad públicas, es un tema desafiante en varios aspectos, desde brindar atención a las víctimas hasta proteger y prevenir nuevos casos, señala Alexandra. Utilizando la atención humanizada a las víctimas como forma de responder a la pregunta, desarrolló como disertación un Manual de Competencias Comunes para la práctica interprofesional en la atención a personas en situación de violencia. El objetivo es garantizar que las personas en situación de violencia sexual sean acogidas con urgencia, empatía y atención interprofesional. 

El material desarrollado por Alexandra Lima como producto de su disertación orienta a los profesionales que trabajan abordando las consecuencias que deja la violencia, especialmente la sexual. Para ella, es fundamental acoger a la víctima con habilidades que trascienden la formación esencialmente técnica. 

“Cuando una víctima de violencia sexual llega a un servicio de atención pasa, como mínimo, por un guardia de seguridad, recepcionista, enfermera, trabajadora social. Es necesario que todas estas personas comprendan que la atención a esta víctima es urgente y debe ser tratada con empatía, evitando que la persona reviva el trauma que ya vivió”, explica Alexandra. 

En el Manual de Competencias para la práctica interprofesional de atención a personas en situación de violencia sexual se enumeran 15 competencias que sugiere que sigan los profesionales que atienden a víctimas, divididas entre habilidad, conocimiento y actitud. 

El trabajo se desarrolló a través de la combinación de perspectivas presentadas por profesionales y estudiantes/residentes que trabajan directa e indirectamente en la atención u orientación de este público, sobre cómo debe ser la conducta de todos los agentes involucrados.

Trabajadora social y preceptora multidisciplinaria de Anita/ISD, Alexandra Lima es una de las profesionales a cargo del proyecto de atención a víctimas de violencia sexual Making Rights.

Las quejas de las víctimas

“Una de las principales quejas de las víctimas, algo que observamos incómodo, es el hecho de tener que contar varias veces la historia de abuso o violencia. Esto hace que la víctima recuerde lo sucedido, lo cual ya es muy traumático. Muchas veces esa persona ya ha estado visitando varios lugares en busca de asistencia, de una solución. Por eso, necesitamos dar un servicio más cualificado, directivo y resolutivo, donde, desde la recepción hasta la oficina, todos tengan los mismos conocimientos, las mismas habilidades y las mismas actitudes”, informa la trabajadora social y preceptora multiprofesional de Anita. /ISD. 

Según datos publicados por el Ministerio de Salud en mayo de este año, 86% de los registros de violaciones reportados por Línea Directa de Derechos Humanos a lo largo de 2019 en Brasil fueron violaciones contra niños o adolescentes. Además, en el 11% de las denuncias referidas a este colectivo hay violencia sexual. El porcentaje corresponde a 17 mil ocurrencias. 

La encuesta identificó que la violencia sexual ocurre, en el 73%¨de los casos, en el propio domicilio de la víctima o sospechoso y es cometida por el padre o padrastro en el 40% de los reportes. 

Según la encuesta Violencia Doméstica durante la Pandemia de Covid-19, del Foro Brasileño de Seguridad Pública, en el período acumulado entre marzo y mayo de 2020, hubo una reducción de 50,5% en los registros de violación y violación de personas vulnerables en Brasil con víctimas mujeres en comparación con el mismo período de 2019. Las mayores reducciones se registraron en los estados de Espírito Santo (79.8%), Ceará (64.1%) y Río de Janeiro (61.2%). 

Rio Grande do Norte va en contra de la tendencia de disminución de casos en todo el país. Los potiguares viven en un escenario de crecimiento en los casos de violencia sexual, hay 62.2% más casos de violación y violación a personas vulnerables en 2020, respecto al mismo periodo de 2019. El porcentaje corresponde a 31 ocurrencias más en 2020, para un total de 81 casos de marzo a mayo, frente a 50 en el mismo periodo de 2019. 

OJO EN EL CUIDADO 

En el manual de habilidades para la práctica interprofesional de atención a personas en situación de violencia sexual, de los 15 puntos enumerados, al menos tres se consideran esenciales, según Alexandra Lima: 

 

 

  1. Actuar con sentido de urgencia para responder a situaciones de violencia sexual; 
  2. Evitar conductas y derivaciones innecesarias que puedan conducir a la revictimización de la persona en situación de violencia sexual; 
  3. Conocer la red y flujo de derivaciones para la atención de personas en situación de violencia sexual.

La realidad en el servicio.

“La motivación de este trabajo surgió de la realidad que vemos en la atención a víctimas de violencia sexual. Es necesario alinear acciones e información a brindar y todo esto debe ser en un lenguaje sencillo y fácil de entender, para que los profesionales de todos los niveles de conocimiento comprendan y sepan cómo ayudar y acoger a este público”. , explica Alexandra Lima.  

El trabajo es resultado de un estudio observacional descriptivo, basado en la investigación acción, a través de un taller con 76 participantes y un cuestionario con 32 respuestas, donde se discutieron conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para brindar atención a personas en situación de violencia sexual.

A través de una infografía se representó el producto que contiene las competencias y sus conocimientos, habilidades y actitudes relacionadas. Hacer clic acceso a las molduras.

Entre los atributos considerados esenciales para el desarrollo de la mayoría de las competencias comunes establecidas, los resultados también señalan: “comprender la importancia del trabajo en equipo con profesionales de diversas áreas para la red asistencial”, “atender con agilidad y prontitud a las personas en situaciones de violencia sexual” y “estar disponibles para practicar el trabajo en equipo”.

La tesis de maestría fue presentada este miércoles (23) en una videoconferencia abierta a profesionales con diferentes niveles de conocimiento y formación que trabajan en contacto con víctimas de violencia sexual. 

Según la norma técnica Atención Humanizada a Personas en Situación de Violencia Sexual, elaborada en 2015 por el Ministerio de Salud, la atención a las personas en situación de violencia sexual no debe ser aislada y su enfrentamiento depende de iniciativas intersectoriales de atención, protección, prevención de nuevas situaciones y medidas que permitan que los autores de agresiones rindan cuentas. 

En el Centro de Educación e Investigación en Salud Anita Garibaldi, del Instituto Santos Dumont (ISD), funciona el proyecto Making Rights, que desde 2016 atiende a niños, adolescentes, mujeres cis y trans víctimas de violencia sexual. La trabajadora social y ahora maestra en Enseñanza de la Salud de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte es una de las preceptoras a cargo del proyecto. El servicio es exclusivo del Sistema Único de Salud (SUS) y promueve acciones de sensibilización sobre diferentes formas de violencia, educación en salud y empoderamiento en relación a los derechos sexuales y reproductivos.

Making Rights fue –junto con pediatría y obstetricia de alto riesgo– retenido personalmente por Anita/ISD, durante el período de aislamiento decretado como prevención del nuevo coronavirus. El servicio continúa funcionando y está disponible para ayudar a las víctimas.

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