Identificar las diferentes formas de violencia sexual y conocer formas de acoger, denunciar y proteger a las víctimas es información valiosa que puede cambiar el futuro de niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad. La campaña Mayo Naranja arroja luz sobre el tema, siendo el día 18 el Día de Lucha contra el Abuso y la Explotación Sexual de Niños y Adolescentes.
El Instituto Santos Dumont (ISD) realizó, el pasado martes (28), el Seminario de Fortalecimiento de la Red y Atención a Personas en Situación de Violencia Sexual en el municipio de Macaíba, con el objetivo de informar y promover el intercambio de experiencias entre diferentes agentes trabajando para abordar este problema.
“El motivo de este encuentro es fortalecer nuestra red municipal. Un niño en situación de violencia sexual es matriculado en la escuela y es atendido en atención primaria, atención especializada o en un hospital regional. Entonces, asistentes, profesionales de la salud, educación, consejo tutelar, todos estamos aquí enfocados en la misma persona”, explica la preceptora trabajadora social del ISD, Alexandra Lima.
El Seminario formó parte del calendario de actividades del Proyecto Fazer Direito, que atiende y acompaña a personas en situación de violencia sexual en Macaíba desde 2016. El servicio se ofrece en Anita, la unidad del ISD donde se concentra la atención de salud del Instituto.
La trabajadora social presentó el Flujo Municipal de la Red de Atención a Personas en Situación de Violencia Sexual en Macaíba, identificando lugares idóneos para atender la demanda local. Anita, la UPA Aluízio Alves y el Hospital Alfredo Mesquita Filho son los puntos de referencia para la acogida de las víctimas en el municipio.
Con base en una nota técnica publicada por el Departamento Estatal de Salud Pública de RN, Alexandra destacó que se deben articular y coordinar acciones, además de incluir infraestructura adecuada para una escucha calificada, rápida y manteniendo la confidencialidad y privacidad de las víctimas.
El momento contó también con la participación de la psicóloga Gilliard Laurentino, consultora del Centro de Defensa de la Niñez y la Adolescencia (CEDECA) Casa Renascer. La institución de lucha contra la violencia sexual actúa en Rio Grande do Norte desde hace 33 años y fue clasificada en 2007 como Centro de Defensa por el Comité Nacional de Lucha contra la Violencia Sexual del Ministerio de Derechos Humanos y Ciudadanía.
Según la consultora, Brasil registró 13.652 denuncias de 31.755 actos de violencia contra niños y adolescentes en 2023. En Rio Grande do Norte, hubo 3.092 denuncias de 7.360 actos de violencia. Los datos provienen del Dial 100, el canal oficial del Gobierno Federal dedicado a denunciar violaciones de derechos humanos. La mayoría de las violaciones victimizan a niñas, que sufren en más de 75% de los casos en el país y 77% en RN.
Gilliard, sin embargo, señala que hay un subregistro. “Macaíba sólo tiene un caso de violencia sexual registrado en el Dial 100, esto me llamó mucho la atención porque estoy seguro que hay muchos más”, observa. Según él, todas las personas que ocupan espacios en lugares públicos frecuentados por niños y adolescentes deben estar preparadas para identificar las señales y denunciarlas en caso de sospecha.
Al Seminario asistieron representantes del Consejo Tutelar, empleados del área de Asistencia Social, Educación y Salud de Macaíba y Natal, el Hospital Regional Alfredo Mesquita Filho, la Asociación Macaibense de Acogida Institucional (Amai), la Fundación Lar Celeste Auta de Souza, y el Ministerio Público RN, así como residentes, estudiantes de posgrado y pasantes del ISD.
Recepción
Se entiende por violencia sexual toda conducta que obligue a un niño, niña o adolescente a practicar o presenciar una relación sexual o un acto libidinoso, incluida la exposición de fotografías o videos, por medios electrónicos o de otro tipo. El abuso sexual y la explotación sexual son las principales formas de manifestación de esta violencia.
Desde 2017, la Ley 13.431 regula y organiza el sistema para garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes víctimas o testigos de violencia sexual, crea mecanismos para prevenir y frenar la violencia y establece medidas de asistencia y protección a niños, niñas y adolescentes en situación de violencia sexual.
La acogida y la atención deben realizarse en el contexto de una atención integral. Las acciones deben ser accesibles a toda la población sin discriminación y deben incluir medidas de emergencia, seguimiento, rehabilitación y tratamiento de los posibles impactos de la violencia interpersonal. “Cada uno de nosotros es responsable”, subraya Alexandra.